Hoy es el último día de 2009, año en el que han sucedido muchas cosas...
A partir de esta noche tendremos que despedir el año viejo y empezar el nuevo, poniéndole mucha ilusión para que sea mejor que el que dejamos.
Todo volverá a repetirse: acabaremos el invierno y los exámenes, después vendrá la primavera, la Semana Santa, más exámenes, las recuperaciones de junio, el verano, las vacaciones, el calor y el sol; todo eso se irá para dejar paso al otoño, la vuelta a las clases, el frío, el invierno, la Nochevieja, y otra vez vuelta a empezar.
Es lo mismo de siempre; pasan los meses, los años y la vida. Un mismo ciclo que mientras sigamos viendo repetirse significará que seguimos vivos, y eso es siempre un alivio. Hay quienes odian cumplir cada vez más años, pero realmente es símbolo de vida, así que empezar un nuevo año es siempre algo positivo.
Cerca de las doce de la noche estaremos ya con las uvas preparadas, listas para comerlas al son de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol, tradición que seguimos desde la Nochevieja de 1895, en la que el Presidente del Consejo de Ministros despidió el año de esta manera.
Muchos son los que cada año vienen de distintos lugares de España y del mundo y se congregan en la capital en torno al reloj para comer las doce uvas, una por cada campanada, y pedir sus doce deseos para el año nuevo. Y después, nada mejor que ir a celebrarlo con los amigos y la familia… ¡de fiesta! Y vestidos siempre para la ocasión: elegancia en estado puro.
Pero hasta que esto suceda, intentad aprovechar las últimas horas del año... ¡Feliz 2010!
Imagen obtenida de la Web http://otroblogdeviajesmas.files.wordpress.com
31 de diciembre de 2009
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