20 de noviembre de 2009

Matritum, Matrice, Mayrit...

Como primera toma de contacto me gustaría comentar el origen etimológico de la palabra Madrid. Sin duda, habría muchísimas cosas sobre las que hablar largo y tendido en esta primera entrada, pero creo que el principio os tiene que dejar con las ganas de seguir leyendo en días posteriores. Por eso, dejaré para después las tradiciones populares, los símbolos de la ciudad y las descripciones del territorio de la Comunidad.


Origen etimológico


Muchas han sido las civilizaciones que a lo largo de la Historia se asentaron en el territorio de nuestra Comunidad Autónoma. Los prehistóricos, en el Paleolítico, poblaron las cuencas de los ríos Manzanares, Jarama y Henares; después llegaron los griegos y fenicios; más tarde los romanos y visigodos y posteriormente los musulmanes.


Todas estas culturas levantaron en nuestra ciudad diversas construcciones que fueron testigos de sus lenguas, sus creencias y sus costumbres. Al mismo tiempo, gracias a ellas Madrid se llama actualmente así, puesto que su nombre proviene de varias poblaciones y, por tanto, de varias lenguas a la vez:


  • Algunos creen que Madrid fue fundada por Ocno, príncipe griego hijo de la diosa Manto y de Tíber, rey de Toscana, bautizándole con el nombre de Mantua.

  • Otros aseguran que la ciudad podría haberse llamado originalmente Ursa ("oso" en latín), debido al gran número de estos animales que fueron encontrados en los alrededores de los montes colindantes, y que, junto con el árbol del madroño, han sido el símbolo de la ciudad desde tiempos medievales.

  • Otros creen que los romanos la llamaron Matritum, pero esta denominación no es muy aceptada debido a que tan sólo se han encontrado restos de pueblos pastoriles en los alrededores de la actual capital, por lo que los romanos no construyeron ninguna gran ciudad en este territorio.

  • Durante la época musulmana nuestra ciudad recibió distintos nombres a medida que se iban sucediendo los emires gobernantes. Matrice (madre de aguas) fue el nombre del Madrid pre-musulmán y designaba al arroyo que discurría por medio de dos colinas enfrentadas; después se llamó Mayrit, nombre compuesto por el término árabe "Mayra" (madre, matriz) y el sufijo ibero-románico "it", (lugar).

  • Por último, después de la Reconquista, algún nombre de todos los que había recibido la ciudad hasta entonces tendría que prevalecer. Y ése sería el cristiano, es decir, el latino visigodo y mozárabe Matrit, que todavía hoy se conserva intacto en el gentilicio: los nacidos en Madrid somos madrileños, pero también matritenses.

Realmente no se sabe cuáles de estas hipótesis fueron totalmente verdaderas y cuales no, pero de lo que sí podemos estar seguros es que Madrid es el resultado de culturas muy diversas, cada una de las cuales le dio un rasgo propio y característico a nuestra ciudad.


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